Los videojuegos suelen asociarse a efectos negativos como la adicción, la falta de ejercicio y el aislamiento social. Pero, ¿realmente merecen esta mala reputación? Muchos educadores intentan demostrar que los videojuegos (cuando se utilizan correctamente) pueden ser una herramienta educativa útil. Por ejemplo, pueden despertar el interés de los alumnos por temas relevantes y contribuir a un aprendizaje significativo y eficaz.
Los videojuegos son una de las formas de entretenimiento más populares entre los jóvenes. Al igual que los juegos tradicionales, los videojuegos enseñan reglas y contenidos. Entrenan la toma de decisiones, fomentan el pensamiento espacio-temporal y la psicomotricidad, con la diferencia de que son muy atractivos gracias a la sofisticada tecnología de acción, sonidos, colores e imágenes.
"Los juegos electrónicos seducen a jugadores de distintas edades por su interactividad, inmersión y operatividad. Permiten al usuario ser protagonista-autor del proceso", afirma Lynn Alves, doctora en Educación y Comunicación y coordinadora del Centro de Comunidades Virtuales de la Universidad del Estado brasileño de Bahía. Compromiso, creatividad, interactividad, retos y recompensas son algunos de los beneficios de los videojuegos. Lo que hace que los juegos sean emocionantes es la libertad de diseño, el desafío, la posibilidad de probar, fracasar y volver a probar innumerables veces.
Los videojuegos son una gran forma de entretenimiento y desafío. Hasta ahora, sólo se han percibido como tales. No hace mucho tiempo que el uso de los videojuegos como herramienta de enseñanza era inimaginable. Sin embargo, con la nueva generación, una generación totalmente digital, las escuelas y los profesores tienen que buscar nuevas formas de captar la atención de los jóvenes. ¿Y por qué no los videojuegos? La gamificación de los procesos educativos ya ha demostrado su eficacia y es capaz de hacer precisamente eso, hacer las clases más dinámicas e interactivas, tanto para los alumnos como para los profesores.
Además de su función de entretenimiento y educación, también son una forma de expresión artística y técnica. Desarrollar un videojuego requiere más habilidades, tiempo y dedicación de lo que algunos pueden imaginar. Hace falta una persona con mucha dedicación y talento o un pequeño equipo para desarrollar un buen juego. Incluso muchos videojuegos son desarrollados por equipos de más de 100 personas que trabajan durante años en un solo proyecto y a menudo tienen más dinero para gastar que las películas de Hollywood.
En muchos sentidos, el proceso de desarrollo de un juego es similar al de una película. Comienza con una idea que debe convertirse en un guión con una historia, que luego se convierte en dibujos conceptuales de los que surgen los primeros aspectos artísticos del juego, como la paleta de colores, el estilo de dibujo, los personajes y los escenarios.
Tras este primer paso, el juego se transfiere al ordenador y se convierte en arte 2D o 3D, según el estilo visual. Crear arte digital puede ser muy arduo y complicado. Dependiendo de la complejidad del proyecto, las figuras 3D pueden tardar hasta un mes en completarse.
Mientras se desarrolla la parte artística, los programadores trabajan duro en las bases del juego, donde el arte y la tecnología se unen para crear la octava obra de arte. Tras meses de idas y venidas creativas, corrección de errores (muchos errores), música y efectos de sonido, efectos especiales (explosiones y mucha magia), iluminación, una pizca de posproducción y mucho sudor y lágrimas, el resultado suele ser algo único. Una nueva historia en la que el jugador es el protagonista.
¿Quién no se ha perdido nunca en un libro? ¿Quién no se ha puesto en la piel del protagonista al ver una película? desplazado? Con los juegos puedes experimentar lo que antes sólo podías imaginar. Lo que empezó con los 8 bits se ha multiplicado y ahora se utiliza en muchos campos, como la industria médica, donde los médicos entrenan sus habilidades en los videojuegos, o para ayudar a las personas con discapacidades mentales. También se utilizan en arquitectura, moda, automoción y educación.
Los videojuegos son una herramienta más en un mundo en constante evolución, y como cualquier otra herramienta a nuestra disposición, depende de nosotros utilizarla con sabiduría. Los límites son las estrellas y nuestra imaginación.
Autor: Bruno Pellegrino
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