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La protección del clima con MamaKiya es un consumo justo. En América Latina, hace tiempo que lo sentimos con más fuerza que en Europa. Esta es una de las razones por las que la naturaleza y la protección de la tierra son fundamentales para nuestro trabajo. Juntos tenemos que proteger el planeta y luchar contra el cambio climático. Todo está en juego: nuestro sustento para nosotros y para las generaciones futuras. En el ámbito de la protección del clima, abordamos los amplios problemas del cambio climático. Hacemos oír las voces de los activistas latinoamericanos y nos solidarizamos con otros movimientos climáticos de Alemania y Holanda.
Los diferentes países sudamericanos viven el mundo de forma global, pero en términos de justicia climática, las cuentas no cuadran. Por eso, para nosotros, hay temas como la Ley de la Cadena de Suministro o el ecofeminismo que debemos abordar con urgencia para reforzar la conexión consciente con la Tierra.
A continuación, le ofrecemos una visión general de los temas en los que estamos trabajando actualmente en este ámbito. Si te atraen, apoya el trabajo de nuestra asociación con impulsos activos por más ecofeminismo y justicia climática.
La crisis climática es el resultado del capitalismo. El colonialismo ha promovido durante mucho tiempo esta forma de hacer negocios que daña el clima. Las jerarquías conducen a relaciones de explotación y poder que deben romperse a través del activismo climático descolonial. Para su aplicación, es necesario romper radicalmente con los principios coloniales para crear justicia climática. La protección del clima en MamaKiya también es justicia.
Los pueblos indígenas desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. Estas personas protegen los bosques primigenios de forma sostenible y, de este modo, preservan una gran parte del Amazonas. Se les considera guardianes de la naturaleza y, sin embargo, a menudo son víctimas, tanto de los desplazamientos como del cambio climático. En el proceso, arriesgan sus vidas en la lucha por su propio hábitat. ¡La protección del clima en MamaKiya es empatía!
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